miércoles, 18 de febrero de 2009

Supernanny, conductismo y sometimiento


El viernes pasado, en recorrido obtuso y hierático entre las diferentes cadenas que ocupan la televisión estatal, recaí en Supernanny y, ciertamente, me pareció presenciar el regreso de las tácticas nazis usadas antes de la segunda guerra mundial. Aparecía un niño, por supuesto maleducado (quién no lo está hoy en día), que en media hora de programa sufría un cambio radical, oscilando de diablo a ángel, de polo a polo.

El remedio para la enfermedad de la rebeldía de un niño de cinco años: el condicionamiento. Ese gran cáncer de la humanidad que, basándose en estructuras nazis y pavlovianas, convierte al ser humano en un ser robotizado, asimilador de comportamientos mecánicos, eliminando de su naturaleza cualquier rasgo racional o emocional. Y este es precisamente uno de los mayores problemas de la sociedad contemporánea, que, postmoderna o no, sigue utilizando métodos equivocados y favorables desde el punto de vista de las instituciones ideológicas de poder dominantes, que contribuyen a crear individuos alineados y atomizados que eviten toda crítica factible contra lo establecido.

La educación de los niños se basa, pues, en las mismas técnicas con las que enseñamos a los perros a levantar la pata o sentarse, a cambio de un estímulo. Es decir, el pilar básico para que una sociedad funcione, se basa en el engaño, el chantaje. ¿Cómo podemos pregonear sobre los valores éticos si en el primer paso vital de un niño, que condicionará toda su vida posterior, carecemos de principios morales? Por otra parte, y no menos importante, la tendencia a quedarse en los hechos (aspiración empírico-positivista) impediría a los conductistas ver al hombre como un sujeto capaz de actuar dentro del devenir histórico.

El ser humano como tal es olvidado por esta fase imperante de la psicología actual, y de esta forma, es convertido en una mercancía de consumo que, como cualquier otra, sigue las mismas leyes e intereses de mercado, empresarios y políticos. El aprendizaje no se da, la humanidad no evoluciona, sino que realiza un proceso inverso, y cada vez somos menos controladores de lo que nos rodea, cada vez más pasivos.

La base de toda evolución social deben ser los niños. La infancia es un período de despreocupación, de juegos y diversiones, donde la sola mención de una rutina debería estar prohibida. Si todos los niños están corruptos, convertidos en robots por el germen conductista, muy difícil será el cambio que tantos deseamos, la emancipación anhelada. Si conseguimos que una sola generación, crezca libre, el cambio será posible, y la humanidad generará una prosperidad interior de consecuencias incalculables.

Pero todo esto no es posible mientras existan las escuelas convencionales, mientras los niños sigan encerrados en cárceles-escuela donde se les llene la cabeza con ideas culturales preconcebidas y asignaturas para rellenar espacio. Ya hemos hablado en este blog de las ventajas de la Escuela Moderna, ideada por Ferrer y Guardia a principios del siglo XX. Sólo a partir de escuelas de este tipo, donde la educación se basa en el ensayo-error (que sean ellos los que descubran qué está bien y qué está mal) y en el racionalismo empírico es posible la evolución. El conductismo sigue fomentando los traumas en los niños y, con ellos, todas las generaciones posteriores quedan infectadas por los mismos temores y sometimientos que sus predecesoras. Por ello, fomentar la autoestima debe ser la principal prioridad en la enseñanza por parte de padres.

2 comentarios:

Fran dijo...

Cómo se nota que el que escribió este artículo sabe de psicología lo que yo de física cuántica, madre mía.

Luis Ignacio De Amores dijo...

De acuerdo con Fran al 100%. Jocosamente, le diré que los nazis también celebraban la navidad.
Te dejo aquí un enlace que tal vez te haga pensar:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=7IKGTs4yo_w

Ciertamente, tu discurso sobre el conductismo denota que tu formación no ya sobre este paradigma, sino sobre psicología en general es muy pobre.

No te digo esto para atacarte, sino para que te formes realmente en los principios que sustentan al análisis experimental del comportamiento -ciencia del comportamiento- y sobre su fundamentación filosófica -conductismo radical-. Se ataca muchas veces a este planteamiento porque realmente se desconoce su fundamentación y aplicación.

Si realmente te interesa la psicología y la educación de calidad y/o simplemente aprender te invitamos a nuestro blog de psicología basada en el análisis experimental del comportamiento.

Quizás y esto solo depende de ti cambies de opinión al conocer de cerca de que se trata realmente.

Por cierto, sería interesante si pudieras aportar investigaciones en las que se pongan de manifiesto que las bases y/o la aplicación de estos conocimientos puedan tener un efecto iatrogénico en sus intervenciones.

http://grupocolumbus.blogspot.com.es/2012/09/un-hombre-de-paja-llamado-skinner.html