En España hay 3,8 millones de pisos vacíos, aproximadamente el número de personas que en este país viven por debajo del umbral de la pobreza, y que, por tanto, no pueden pagarse una vivienda en condiciones. La mayoría de estos pisos son propiedad de los de siempre: especuladores, políticos, poderosos (todo sinónimos) que se niegan a alquilarlos si no es por una cantidad que sacie sus insaciables bienestares. Mientras tanto, los informativos de todas las cadenas de televisión abrían hoy con la noticia de la quiebra de la inmobiliaria Martinsa Fadesa, que ha dejado ni más ni menos que 5.200 millones de euros de impagos; una cantidad que ya sabemos todos quien pagará como consecuencia de que unos bienquistos empresarios no cumplan su trabajo de cuadrar las cuentas. En plena crisis, es de suponer como ha sentado esta noticia, a través de la cual los sensacionalistas canales privados han aprovechado para seguir generando el plano tremendista de la desaceleración. Como consecuencia de la quiebra, a las viviendas vacías hay que sumar aquellas que todas las inmobiliarias (que no son pocas) que cerrarán sus puertas dejarán sin construir. Pero nadie se pregunta: ¿para qué seguir construyendo, si hay suficientes pisos vacíos como para que las personas que los necesitan los habiten en los próximos diez años? No importa, porque parece que el objetivo es siempre producir y producir, ganar más beneficios, crecer, contaminar, crear desigualdades. Ningún rico se conformará con una casa de pobre, ni si quiera con una de familia media. Todo una sociedad estamental en pleno siglo XXI.
Mientras todo esto sucede, los propietarios de los grandes bancos siguen con su imparable aumento de beneficios. Paradójico es ya de por sí que los que menos lo necesitan encima salgan beneficiados de las crisis. Además, con sorna. Botín ha comprado un banco en Inglaterra para restregarnos a los demás lo asquerosamente rico que es, mientras 3,8 millones de pisos siguen vacíos, millones de personas se mueren de hambre, y otras tantas no pueden pagar su centenaria hipoteca. Dicen que las hipotecas están empezando a cobrar rostro humano, y se quedan a vivir de gorrones para siempre en la casa de sus dueños (y no, ese rostro no es el de Botín).
Y tenemos más contradicciones, muchas más, no se preocupen:
- Pese a la crisis, España ofrecerá 94.000 euros a los deportistas olímpicos que consigan oro en Pekín. Un 23,5% más que en las pasadas Olimpiadas, y la cantidad mayor que ningún gobierno ofrece a sus representantes.
- Tanto el gobierno español como muchos otros europeos que se autodenominan ‘de izquierdas’ han aprobado la directiva de retorno de inmigrantes y nuestro país los retiene hasta 15 meses. Sin embargo, como ya ha anunciado Save The Children en un nuevo informe, cientos de niños maltratados participarán en los Juegos Olímpicos, tras unas pruebas infrahumanas. Los países buscan atletas africanos competentes para participar en Pekín sin que ninguna ley de inmigración medie en dicha tramitación.
- Uribe lucha contra las FARC, sí. Pero, mientras tanto, cientos de colombianos mueren a manos de los paramilitares cuando intentan manifestarse en sus distintos sindicatos. Todo un presidente que lucha por la libertad.
- El G8 se reunió este fin de semana en Japón, con gastos millonarios de seguridad. No llegaron a ningún acuerdo, ni en materia de pobreza, de crisis o de calentamiento global. Pero lo celebraron con un banquete de lujo, con selectos platos de un coste nada desdeñable. ¡Salud!
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