jueves, 24 de septiembre de 2009

La Dipu te Educa


Otra vez la educación se ha situado recientemente en el punto de mira principal de la opinión pública. Objeto eterno de debate, parece como si continuamente se den palos de ciegos que no conducen a nada. La última propuesta: convertir a los profesores en autoridades educativas, al mismo tiempo que, desde varios círculos políticos, se defiende un aumento de la autoridad misma en las aulas. ¿Qué es esto de que los alumnos tengan tanta libertad? Según algunos, hay que volver a los “viejos métodos”, los de la consigna del “a dios rogando y con el mazo dando”. ¿Qué Fulano no ha hecho hoy los deberes? Pues se le castiga: veinte flexiones y un paseo desnudo por el pasillo. Los que estamos inmersos todavía en la realidad de la educación, sin embargo, vemos que esa no es la solución, porque estamos hablando de personas, no de máquinas o perros que hay que dominar. A diferencia de ellos, a nosotros nos cuesta permanecer encerrados tantas horas en un mismo sitio, sobre todo hasta cierta edad.

Además, algunos políticos confunden la demanda de autoridad con una actuación que trata de mezclar cada vez más educación y política. Me explico. Ahora más que nunca las inauguraciones de colegios son vistas como cartillas con una infinidad de puntos a favor para el gobernante de turno que los inaugure. Se organizan maratones entre las autoridades políticas en las que se compite por ver quién es capaz de abrir más centros educativos. Sean públicos, privados o tristes barracones donde te asas en verano y te hielas en invierno (de los que en el País Valenciano somos líderes indiscutibles). Hace unos días, en el intento de Alfonso Rus por lavar su imagen en una ciudad que ha dejado algo descuidada desde que es Presi de la Dipu, sobre todo en materia educativa (donde además perdió algunos puntos por aquello de llamar gilipollas a algunos profesores), inauguraba dos colegios, después de 14 años sin hacerlo. ¿Coincidencia?

Al evento acudió también Font de Mora, aprovechando la misma agua utilizada por Rus para lavarse también. El conseller de Educación no es tampoco precisamente bien recibido por estos lares, sobre todo en Enguera, donde fue capaz de deponer al director de su colegio público, el CEIP Eduardo López Palop, tras veinte años de mandato premiado e incuestionable, en favor de la hija de un concejal del PP de Bicorp, que además no cuenta con los requisitos mínimos para convertirse en directora (tan sólo ha ejercido como docente 13 meses). Y no es el único caso, lo que nos lleva a preguntarnos si quizás los de arriba no confunden demasiado a menudo autoridad con autoritarismo político. Un gesto dictatorial supone también, desde algunos puntos de vista, la imposición del uniforme (palabra que viene de uniformidad, hay que recordar) en los colegios públicos de la Comunitat. Personalmente, me dan miedo unos centros donde los profesores sean autoridades y los niños vayan uniformados al trabajo… ¡Ah no, perdón! ¡Que van a escuela! Casi se me olvidaba.

No hay comentarios: